me adentré por las sendas de este mítico monte |
la tarde estaba increíble |
nada hacia presagiar el cambio del tiempo |
llegué a la cima y tome asiento |
mi único problema era ver llegar el atardecer y vivir ese momento aunque hubiera de bajar de noche entre matas y alimañas |
pero empezó a soplar el viento con violencia |
las nubes aparecieron desde el norte a toda velocidad |
justo cuando todo empezaba a enrojecer.... |
.....el sol se apaga.... |
y los arboles muertos rugen |
una autentica galerna...nada podía hacer ya allí |
descendí corriendo por el mágico bosque de bojes |
pues venia una invitada de la mano del vendaval |
la niebla |
cayó sobre los montes arrullando todo con una gruesa manta |
que increíble es la naturaleza |
agur. |
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